Reparto de comida a internos por parte de la Comunidad Formativa del Seminario Mercedario San Pedro Nolasco de Abejal de Palmira
De todos es sabido la grave situación del sistema penitenciario en general en toda Venezuela.
Este sistema confronta innumerables problemas, tales como el retardo procesal, el hacinamiento, el precario estado de los penales, la ausencia de una clasificación de presos, la carencia de servicios básicos indispensables y la presencia de armas y drogas, todo lo cual contribuye a la excesiva violencia que caracteriza a las instituciones penitenciarias en Venezuela. A esto se suma el escaso número de funcionarios penitenciarios, con escasa o ninguna formación en el área.
Todas estas características, ponen en tela de juicio la función de «rehabilitación y reinserción social» que en teoría deberían lograr estas instituciones, receptoras de la población delictiva del país y que resultan ser el reflejo agravado de los males que afectan a nuestra sociedad, encontrándose que la permanencia en estos centros de reclusión, lejos de rehabilitar, propicia vicios y mayores problemas a un sistema penitenciario ya desgastado y obsoleto.
Además, hay que añadir que, debido a la falta de información y transparencia por parte del gobierno de Nicolás Maduro, es difícil hacerse una idea de cómo es una cárcel venezolana por dentro: sus rutinas, sus espacios, su comida, ¿hay agua?, ¿hay medicamentos?, ¿cuánta gente hay dentro?, ¿quién las controla?
Por todo ello, es encomiable la labor que llevan desarrollando con los privados de libertad, y desde hace muchos años, nuestros hermanos mercedarios en Venezuela.
Concretamente, la Comunidad Formativa del Seminario Mercedario San Pedro Nolasco de Abejal de Palmira, estado de Táchira en Venezuela; qué junto con los postulantes y aspirantes, hermanos de la Fraternidad Laical Mercedaria, se hacen presente en los centros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y de Politáchira, visitando y llevando comida los últimos sábados de cada mes.
Son alrededor de unos 350 internos e internas que están en esos dos centros de detención.
Según palabras del P. José Leonardo Sánchez:
«Surge esta iniciativa como un momento de poner en práctica el Evangelio de Jesús ‘estuve en la cárcel y me visitaron’, y es la raíz y centro de nuestro Carisma Redentor, visitar y redimir a los cristianos cautivos«
«Con esta pastoral queremos hacernos partícipes de esta realidad, penitencia que vive nuestro país, especialmente nuestra realidad Tachirense«
«La dinámica pastoral está en promover el carisma redentor en los formandos religiosos de nuestra casa de formación y que vayan haciéndose, desde esta realidad, penitencia en conjunto con los hermanos de la Fraternidad Laical Mercedaria que hacen vida en nuestra casa de formación. Compartimos con ellos el alimento material y también el alimento espiritual«
Los Frailes José Leonardo Sánchez Contreras «Cheo» y Juan Alfonso Duque Suárez, junto con los formandos y Laicos Mercedarios, hacen esta meritoria y noble apuesta por las personas privadas de libertad.