«No juzgues cada día por lo que cosechas, sino por las semillas que siembres».  Esta frase del escritor escocés  Robert Louis Balfour Stevenson, autor de algunas obras célebres como la «Isla del tesoro», define a la perfección el recorrido que estamos realizando los mercedarios en Mozambique, concretamente en Maputo.

Y es que estos días estamos de celebración, ya que acabamos de abrir la Casa de la Misericordia, un lugar de acogimiento para los reclusos de los diferentes centros penitenciarios de Mozambique. Siguiendo la línea de nuestros Hogares de Barcelona, Zaragoza, Castellón o Elche, este piso atenderá a todas esas personas que no tengan condiciones ni recursos para rehacer sus vidas. Un hogar dirigido por el mercedario P. Dinnis Mario Adriano que servirá para facilitar la reinserción social de los presos que se encuentran en la última fase antes de salir en libertad.

Este centro tiene capacidad para 50 reclusos, y hasta el momento hay 8 plazas cubiertas. Durante estos próximos meses, en coordinación con las administraciones de las diferentes cárceles de Mozambique, se completaran las estancias con otras 42 personas que buscan una segunda oportunidad.

Mozambique está en el puesto 68 del ranking de paz mundial en el Índice de Paz Global 2016 (Global Peace Index) que publica el Institute for Economics and Peace, con lo que mejora su puntuación respecto al informe del año 2015, en el que obtuvo 1,976 puntos. Este indicador mide el nivel de paz y la ausencia de violencia en un país. Además de la evolución de la puntuación, es fundamental la evolución que tenga el país en el ranking que lo compara con el resto de los países. El estudio incluye variables internas como violencia y criminalidad y externas, como gasto militar y las guerras en las que participa el país. En este ENLACE tienes el ranking completo.

A través de iniciativas como esta, queremos ayudar a reducir aún más estos registros y lograr la menor criminalidad y violencia posible en un país donde la pobreza y las condiciones para sus habitantes son muy duras. Queremos seguir sembrando para que en un futuro podamos cosechar paz.