Òscar Corominas, de 61 años, es empresario y actualmente realiza un voluntariado en el centro penitenciario Quatre Camins de La Roca del Vallès, Cataluña. De joven estuvo en grupos de tiempo libre y de scouts y eso le despertó el gusto por estar con gente. Con el paso de los años ha ido buscando espacios donde poder relacionarse y a la vez ayudar a aquellas personas que no han tenido una vida fácil como la suya.

¿Qué te aporta hacer un voluntariado en la cárcel?

Hacer algo por los demás me enriquece con todo lo que aprendo de ellos y al mismo tiempo me facilita la vivencia de la fe y me ayuda a afianzarla, porque es tan fácil ver a Jesús en el que sufre…

¿Cómo empezaste en este tipo de voluntariado?

Hace muchos años tuve la oportunidad de visitar asiduamente a internos de la Modelo y eso me llegó tan dentro que cuando he podido he querido volver al mundo penitenciario.

¿Actualmente qué función realizas en prisión?

Ahora voy a Cuatro Caminos dos días a la semana. Estoy de refuerzo en clases de alfabetización y de inglés, y junto con otra voluntaria hacemos un taller de diálogo donde tratamos de trabajar valores. Obviamente no se trata de ir a enseñar nada, ni mucho menos. Pretendemos aportar un soplo de aire fresco y proporcionar un rato agradable donde los internos se puedan
expresar con toda espontaneidad.

¿Qué necesidades detectas entre rejas?

Lo que necesita la gente que está mucho tiempo cerrada es «salir» de ese espacio, y nosotros intentamos que durante esa hora y media se sientan un poco «libres».

¿Existen muchos prejuicios en torno a la cárcel?

A menudo se tiene la impresión de que todo el que está en la cárcel es malo o se merece estar allí dentro para corregir actitudes y, desgraciadamente, puede que no existen las condiciones ideales para favorecer la corrección o la reinserción. Siempre que he visto el sufrimiento de sectores de población marginal y desfavorecida me he dado cuenta de la suerte de haber nacido en mi lugar y en el seno de una familia estructurada. Sin embargo, he conocido mucha gente que, disfrutando de antemano de unas condiciones similares a las mías, está sufriendo por unos hechos que nunca hubieran podido imaginarse.

¿Te has encontrado en situaciones peligrosas?

No todas las tareas de voluntariado son siempre agradables. Te encuentras con situaciones verdaderamente complejas y a veces angustiosas, pero es verdad que todo esto ayuda a hacerme más persona y a valorar las «grandes» pequeñeces diarias que a menudo nos pasan desapercibidas y dar gracias.

 

* Si estás interesado en realizar un voluntariado en uno de los centros penitenciarios en los que estamos presentes, puedes ponerte en contacto con nosotros a través de este correo electrónico: voluntariado@obramercedaria.org