En la Llar La Mercè de Sant Feliu, que ya ha cumplido su 2º aniversario, se viven historias de superación y esfuerzo. Como la de Andrés, que lleva un tiempo en el piso intentando reemprender su vida. «Yo era un chaval trabajador, tenía mi piso, mi coche, mi moto, mi pareja, todo estaba bien», recuerda Andrés.  Muchas veces la vida nos pone a prueba a través de situaciones que no podemos controlar. Y es en esas ocasiones es cuando a veces cometemos errores graves. «Todo cambió un día que fui donde no tenia que ir, probé lo que no tenía que probar, y caí en las drogas. Más tarde empecé a robar hasta que me acabaron pillando, y realmente esta ha sido la peor experiencia de mi vida», asegura.

Autor del vídeo: Matteo Giuliana, monitor de la Llar la Mercè de Sant Feliu

Existen muchas habladurías entorno al mundo de la cárcel, algunas apuntan al bienestar de los presos en prisión, pero el que ha estado privado de libertad no tiene la misma opinión. «La gente dice que se está muy bien en la cárcel, pero no cambio ni un día en libertad por nada de la cárcel. La libertad es algo que no tiene precio, no se puede pagar ni reemplazar con nada», remarca el usuario del piso.

Prejuicios

Volver a la normalidad no siempre es fácil, sobretodo cuando tienes encima una etiqueta que a muchos le genera rechazo. «La gente cuando te ve quizás no sabe si eres un preso, pero cuando lo hacen, automáticamente no quieren saber nada de ti. Te ignoran, no te dan trabajo, no te ayudan, te tratan diferente a los demás. Te notas apartado y eso es muy malo para ti en ese momento. No debería ser así porque lo que he hecho ya lo he pagado con la justicia», denuncia.

Las personas que han vivido penas largas en prisión aún sufren más dificultades al volver a la calle. La sociedad evoluciona y muchas cosas que nosotros vemos normales, para otros se convierten en auténticos escollos. «Cuando sales, entre el miedo que llevas al tener que empezar desde cero, y todos los avances como los móviles o Internet, te lo ponen aún más complicado. Antes todo esto no estaba. Si yo no sé ni encender un ordenador», exclama.

Una mala consejera

«La droga es tu madre, tu novia, tu amiga, tu vecina, tu comida, tu lucha…lo es todo. Si yo no hubiera caído en la droga en este momento no estaría aquí. No culpo al que me enganchó, porque no me puso una pistola, pero si yo no hubiera estado ese día, en ese momento, con esa idea en la cabeza, yo no estaría aquí, yo tenía una vida bonita». Así relata su vida Andrés, quien siempre le retumba en la cabeza qué hubiese sido de él sin todas estas malas decisiones.

Lo más importante son las ganas de volver a empezar de Andrés. Y mientras haya personas como él de entre las 58.883 que fueron detenidas en España durante el año 2018,  la Llar la Mercè de Sant Feliu tendrá más sentido que nunca. La Fundación Obra Mercedaria se ocupa de la reinserción en la sociedad de los expresos, para facilitar una transición de la vida en la cárcel a la vida en libertad. Quien lucha y se esfuerza, lo acaba consiguiendo.