La campaña que ayuda a los presos a sacarse el carnet de conducir
Más de 1.200 personas están en prisión por motivos relacionados con la seguridad vial
La DGT y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias presentaron, el 25 de junio, el Programa de Universalización de la Educación Vial en Centros Penitenciarios. La iniciativa cuenta también con el apoyo de la Fiscalía de Seguridad Vial y de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). También del RACE y de la Asociación Española de Centros Médico-Psicotécnicos (ASECEMP). A partir de septiembre, todos los presos recluidos en las cárceles españolas podrán solicitar su inclusión en este programa, independientemente del delito que hayan cometido. Según los cálculos de CNAE, unas cien autoescuelas colaborarán con los 48 centros penitenciarios que pondrán en marcha el programa.
Uno de los puntos destacados de la campaña pasa por facilitar el acceso a los permisos de conducir B y A2 a todas aquellas personas ingresadas en centros penitenciarios que encontraron obstáculos educativos o idiomáticos para su obtención cuando estaban en libertad. La principal novedad de la 7ª fase se encuentra la posibilidad de que las personas privadas de libertad también puedan recuperar los puntos del carnet de conducir a través de la participación en cursos de sensibilización y reeducación vial.
Proyecto común
El director general de la DGT, Pere Navarro, ha destacado que la iniciativa es un proyecto común, fruto de muchas “complicidades”. Tras mostrar su satisfacción por haber recuperado que se llevó la crisis, ha explicado que con esta medida se evitará que personas sin el permiso de conducir conduzcan ilegalmente por carretera cuando salgan de prisión. También que personas que han perdido puntos de su permiso puedan recuperarlos a través de la realización de los cursos de sensibilización y reeducación. Estos cursos se van a impartir por primera vez en las prisiones.
El fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, ha recordado que esta iniciativa retoma un programa que ya funcionó entre 2010 y 2016. Ha agregado que es un proyecto lleno de simbolismo porque “significa que se da una oportunidad a los internos para su progresiva reincorporación a la sociedad”.
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha recordado que la seguridad vial es algo más que un conjunto de normas. En este sentido, ha destacado la importancia de este programa porque permite “implicarnos de forma integral en el enfoque preventivo para que no tenga que funcionar el marco sancionador”.
Cómo funciona el programa
– Entre los internos que hayan solicitado su inclusión en este programa, se hará una selección, atendiendo a una serie de criterios (incluido el tener peculio suficiente para hacer frente a los gastos que genera la obtención del carnet de conducir).
– Los seleccionados pasarán el obligatorio reconocimiento médico-psicotécnico (o se acordará el desplazamiento a los centros médicos o se organizarán citas en las propias prisiones).
– A partir de ahí, comenzará la formación teórica. La CNAE se ha comprometido a impartir 25 horas lectivas con carácter gratuito.
– Las Jefaturas Provinciales de Tráfico acordarán una fecha para realizar el examen teórico.
– Una vez superada la teoría, se facilitará la práctica con coche, bien con salidas programadas o bien a través de los beneficios penitenciarios. Cada candidato se sufragará el coste de las clases prácticas.
– Para los presos que deseen recuperar la vigencia de su carnet de conducir, se organizarán cursos de recuperación de puntos.
Los datos
– En las cárceles españolas, hay en la actualidad 50.000 personas presas.
– Los condenados por delitos relacionados con la seguridad vial son unos 1.200, lo que representa el 2,3% de la población reclusa española.
– De esas 1.200 personas que están en prisión condenadas por delitos viales, 97 lo están por haber provocado un accidente con resultado mortal (uno o más fallecidos).
– En 2018, se ejecutaron 24.500 sentencias en las que se conmutó la pena de cárcel con trabajos en beneficio de la comunidad.
– Entre 2010 y 2016, funcionó un programa similar que permitió a más de 1.500 reclusos aprobar el examen teórico y a unos 500 lograr el permiso de conducción.