Trataremos de resolverte este interrogante con algunos aparte de la entrevista que el programa Hoy por Hoy, de la Cadena Ser hizo a los sacerdotes Antonio Criado y Álvaro Sicán. Ellos son los religiosos mercedarios que están al frente de esta labor en Zaragoza, España (el programa se hizo en vivo el lunes 18 de diciembre, a las 12:30h.).
Los frailes abrieron las puertas del piso de acogida al equipo periodístico, contaron algunos detalles de lo que para los presos significa este Hogar de Acogida y narraron lo que sería la celebración de Navidad para las personas privadas de la libertad en el Centro Penitenciario de Zuera, del que es capellán Fray Álvaro hace algunos meses.
Cadena Ser: ¿Qué significado tiene este piso de acogida en el barrio Torrero – La Paz, en Zaragoza?
Antonio Criado: Es un piso, un hogar para personas que salen en libertad o que se acogen a los 3 o 6 días de permiso a que tienen derecho, y no tienen a dónde ir. No tienen a dónde ir porque están indocumentados, son inmigrantes, perdieron el contacto con sus familiares, sus padres fallecieron y no tienen dónde pasar este tiempo de libertad.
Si no existieran pisos de acogida como estos, que ofrecen también otras organizaciones (no sólo lo hacemos nosotros), ellos no podrían disfrutar estos días de permiso o su libertad definitiva.
Salir de prisión no es fácil, tienes que volver a ponerte en funcionamiento dentro de la sociedad y eso implica volver a hacer papeles del paro, de la Seguridad Social, algunos deben salir y de inmediato renovar su documento de identidad o el carné de conducir, entre otros papeles, y no saben cómo hacerlo ni tienen los recursos. Nosotros les ayudamos en cierta medida porque la mayoría son autosuficiente, les gusta hacer las cosas por sí solos.
Hay gente que piensa que aún que la prisión es un parque de atracciones, tienen una visión romántica de que porque allí tienen un gimnasio, piscina o biblioteca están bien.
A veces me gustaría que quienes piensan eso experimentaran lo que es una prisión por días para comprobar que están equivocados.
Allí no pueden hacer cosas que hoy en libertad sí, como por ejemplo decidir cuándo encender o apagar una luz, o cuándo entro y salgo de mi habitación, o cerrar y abrir la puerta cuando quiera… todo eso no se hace por sí solo en una cárcel.
Una cosa tan sencilla como encender y apagar la luz al no ser costumbre para ellos, aquí en el piso de acogida debes ir detrás apagándolas.
Cadena Ser: ¿Cuántas personas hay actualmente en este piso de acogida? ¿Expresos o cómo les llaman?
Antonio Criado: Hay tres. Nosotros les llamamos chicos. Ahora mismo están dando una vuelta, organizándose, comprando para hacerse la comida y viendo sus papeles para el trabajo.
La labor con ellos no sólo es abrirles la puerta sino acompañarlos en su autonomía, reintroducir a la persona, refamiliarizar al preso.
Ellos viven totalmente desintegrados de lo que para nosotros es tan normal como llega a casa y encontrarte con la familia.
Cadena Ser: ¿La eficacia de herramientas es real? ¿La inserción es posible?
Antonio Criado: Claro que sí. El hogar o piso de acogida pretende ser un trampolín para volver a acceder otra vez y entrar en contacto con la familia.
A veces no se sienten capaces de hacerlo y nos dicen: ¿Puede llamar a mi hermano o a mi padre que está en tal sitio?
Hace poco salió un chico, se puso en contacto con su hermano que está en Alemania, éste le consiguió trabajo allí y se ha ido para allá para empezar de nuevo a laborar.
Cadena Ser: ¿En estos días, cuál es su labor como capellán de Centro Penitenciario de Zuera?
Álvaro Sicán: Animamos la Navidad allí dentro, incluso para personas que no son creyentes. Actualmente contamos con algunas personas que hacen voluntariado y su labor es valiosa, pues la mayoría son religiosas y pocos laicos.
Con ellos trabajamos en esta campaña de Navidad con la que pretendemos llegar a 1.200 personas. Iremos celda por celda entregando detalles: postales, sobres, sellos, calendarios, libretas, caramelos, pastelitos y tarjetas de llamada, pues es una de las cosas que más nos piden, pues se ven con limitaciones allá adentro para poder comunicarse con sus familiares.
En estas actividades agradecemos mucho al Padre Raúl que lleva muchos años en la cárcel y quien ha promovido jornadas con los reclusos y al obispo Ángel.
Cadena Ser: ¿Hay personas que no entienden la labor de los mercedarios con los presos?
Antonio Criado: Primero nos preguntan cuánto tiempo llevamos haciendo esto. Estamos desde 1976 con estas labores pero los mercedarios estamos en Zaragoza desde el siglo XIII.
Para quienes no saben, el convento viejo de los mercedarios estaba donde hoy vemos las Ruinas de San Lázaro, en el lote del frente del Pilar.
Y a quienes no lo entienden les decimos: Nosotros nos dedicamos no a tratar con presos, tratamos con personas. Porque alguien haya cometido un fallo, o dos o tres, no deja por eso de ser una persona.
Por eso lo importante para nosotros no es tanto la cuestión legal sino la cuestión humana, afectiva y más nosotros como congregación confesional es ver a Cristo en el preso.
Queremos arrancar a la persona de ahí dentro y que se ha visto un poco atrapada por un montón de situaciones, esa es nuestra intención, entre otras cosas, cuando llegan al piso de acogida.
A veces se consigue, otras pocas veces desgraciadamente tenemos fracasos, pero lo que se propone es eso, tratar con la persona.