El Hogar Mercedario de Zaragoza camina con fuerza hacia el futuro
El P. Álvaro Sicán es el actual director del Hogar Mercedario de Zaragoza. Sustituyó al P. Ángel Jiménez quien estuvo al frente como capellán de la prisión de Zuera y Director del piso hasta setiembre de 2017. Con su fuerza y compromiso de siempre, el mercedario nacido en Guatemala tiene el reto de dar un nuevo impulso a un piso del que se e benefician cada año un promedio de 70 personas, que siempre son los más necesitados y carecen de domicilio en Zaragoza, sin familia o porque estas les han dado la espalda. «Les queremos invitar a todos ustedes a este nuevo proyecto que tenemos en el piso, que trata de reimpulsar el trabajo ya hecho con anterioridad por muchos mercedarios. Este es un hogar que ayuda a prevenir la delincuencia, a que la gente no vuelva a cometer los mismos errores. Buscamos oportunidades para que todos ellos salgan adelante», apunta Álvaro Sicán.
La historia
Desde que, el 20 de octubre de 1976 los mercedarios nos hacemos cargo de la parroquia ya hay un empeño de implantar los programas de la Obra Mercedaria. En el mes de octubre de 1980, el superior provincial, y la comunidad decidieron poner el piso a funcionar para la acogida a jóvenes salidos de la cárcel o en situación de riesgo social. En 1992 se complementó la atención a los residentes con el servicio de voluntariado en la cárcel de torrero. Tal disposición dio como fruto que el 24 de setiembre de 1993 la Iglesia Zaragozana encargara a la Orden de la Merced la pastoral de la cárcel de Torrero. Un año exacto después el 24 de setiembre de 1994 asumió el cargo el P. Ángel Tello teniendo como labor Redentora la cárcel de torrero y una vez inaugurado el nuevo centro penitenciario de Zuera con 1700 internos y la dirección del Hogar.
El padre Tello ha dedicado 17 años de su vida a este apostulado hasta que fue sorprendido por una muerte súbita el 15 de junio de 2011, dejando una profunda huella de simpatía en todos los estamentos penitenciarios que pocos meses antes de su muerte le había condecorado por su buena labor. Y en homenaje el socio cultural (lugar de actividades de Zuera) lleva su nombre.
El calor de un Hogar
El Hogar admite a toda clase de personas sin tener en cuenta raza, ni distinción religiosa. «Queremos recuperar ese calor de Hogar, que ellos se sientan parte de una familia. No se trata de simplemente brindarles una casa o comida, sino de darles calor, cercanía apoyo y confianza», remarca el director del Hogar de Reinserción. Los principios del Hogar que permiten culminar este proceso de volver a la vida normal son claros:
- Ayudar a los residentes a SER PERSONAS con equilibrio y madurez psicológica; con capacidad para una normal y adecuada INSERCIÓN SOCIAL.
- Facilitar su madurez personal a nivel: Psicológico, Afectivo, Social, Familiar y Espiritual.
- Posibilitar su realización personal, mediante la relación interpersonal y la comunicación amistosa.
«Una segunda oportunidad la merecemos todos», subraya Sicán. Por todas esas personas que luchan por volver a empezar una nueva vida, alejadas de todos los errores del pasado, las puertas del Hogar están abiertas. El trampolín de sus vidas les espera.
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