Papa Francisco: «Cada uno tiene la oportunidad de cambiar de vida y no tiene que ser juzgado»
Que la máxima figura de la Iglesia Católica sea la primera en predicar con el ejemplo y se muestre tan cercana a los presos nos hace muy felices y nos da fuerza y motivación para seguir nuestra labor con las personas privadas de libertad. El papa Francisco lavó los pies a 12 detenidos el pasado Jueves Santo, como hizo Cristo con sus discípulos. Como ya muchos sabréis, e
Entre los elegidos ocho cristianos, un ortodoxo, un budista y dos musulmanes.Por cuarta vez desde 2013, el pontífice eligió una prisión para cumplir con el tradicional rito del lavado de los pies del Jueves Santo, en este caso a la cárcel de Regina Coeli, en el barrio romano de Trastevere. En la prisión visitó durante más de media hora a los detenidos que se encontraban en la enfermería para después celebrar la misa.
Oportunidad de cambiar
«Jesús quiso hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo nosotros tenemos que servirnos los unos a los otros», dijo el pontífice durante la homilía. El papa Francisco, conmovido por el universo carcelario, dejó claro la importancia del acompañamiento a los presos. «Para mí visitar a los enfermos, ir a la cárcel, hacer sentir al preso que puede tener esperanza de reinserción, es eso lo que predica la iglesia», explicó el papa Francisco en un reciente libro de entrevistas.
El papa visita con regularidad las cárceles en sus viajes al exterior. En enero, tras visitar un centro penitenciario de mujeres en Santiago, calificó ese encuentro como el más emotivo del viaje a Chile. El jueves en la mañana, durante una misa tradicional en la basílica de San Pedro, delante de prelados y religiosos de Roma, el papa remarcó que «Cada uno tiene la oportunidad de cambiar de vida y no tiene que ser juzgado», subrayó el papa tras agregar que él mismo se considera «un pecador».
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