¿Por qué la Virgen de la Merced es la patrona de las cárceles?
Son muchas las cárceles donde se celebra la fiesta de su Patrona: la Virgen de la Merced. Son muchos siglos de tradición los que corroboran esta especial dedicación de los mercedarios y de la vocación de la Merced por los que sufren cautiverio. De los presos y de los esclavos nace realmente esta devoción.
Santa María de la Merced es ciertamente una invocación antigua que expresa un aspecto esencial del misterio de María. Ella evoca su presencia maternal y misericordiosa a favor de los fieles cristianos “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
Patrona de los cautivos
Merced, en la Edad Media era sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana. “La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona humana, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual”.
San Pedro Nolasco, inspirado por la Ssma
San Pedro Nolasco, inspirado por la Ssma. Virgen, funda la Orden de la Merced (obras de misericordia). Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y esclavos. San Pedro fue apoyado en tan extraordinaria empresa por el Rey Jaime I de Aragón. San Pedro Nolasco y sus frailes eran muy devotos de la Virgen María, tomándola como patrona y guía. La Virgen llama a S. Pedro Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación. Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.
Carisma liberador
Hasta vísperas de la Revolución Francesa, los mercedarios llamados por la Virgen de la Merced, redimieron unos 70.000 cautivos. Estos religiosos profesaban un cuarto voto: «quedar en rehenes, si fuere preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe peligraba».
En 1779 la Orden de la Merced realizaba la última redención de cautivos; la esclavitud quedaba oficialmente suprimida. Tras la abolición oficial de la esclavitud en el siglo XVIII, se abre una nueva etapa para la Orden de la Merced, de reflexión y búsqueda de una acción carismática y redentora que sintonice con los orígenes de nuestra Orden.
Ya no existen los cautivos por la fe, ni los esclavos, pero existen nuevas formas de cautividad. Hoy en día existen graves injusticias con los refugiados, exiliados, inmigrantes o prisioneros. Justamente las personas presas son las centran más atención de esta congregación. La Merced busca la defensa de los derechos de todos aquellos que están faltos de libertad.