Prisiones trabaja para reunir a reclusos con las víctimas de sus delitos
Prisiones está trabajando en un nuevo protocolo que, a partir de septiembre, planea reunir a condenados por delitos comunes y a las víctimas directas de sus delitos. Como ha adelantado El País, la iniciativa se pone en marcha siguiendo el modelo de reinserción de Nanclares de Oca, que logró celebrar hasta once encuentros formales con terroristas de ETA y víctimas del terrorismo.
El objetivo de la iniciativa es doble: por un lado, se pretende que el afectado vea reparado los daños que sufrió y a la vez, se facilita la reinserción del preso. A pesar de las críticas recibidas por algunas formaciones políticas y algunos sectores de víctimas, los encuentros de Nanclares de Oca fueron restaurativos para las víctimas que los protagonizaron.
Según planea Instituciones Penitenciarias, primero se seleccionará al preso para ver si está preparado para iniciar este protocolo. Después se contactará con la víctima para corroborar si quiere participar y si está preparada. Como ya ocurrió en la cárcel alavesa de Nanclares de Oca, en este protocolo va a ser fundamental la figura del mediador que celebrará encuentros con los condenados y también con las víctimas antes de juntar en una sala a ambas partes.
Objetivos
El protocolo resalta que el principal objetivo del encuentro será que la víctima pueda explicar en persona al recluso “cómo vivió [el delito] y qué consecuencias se han derivado de aquella vivencia”. También se buscará que el condenado se responsabilice de su acción y pida perdón. El programa contempla que el encuentro —que está previsto que se celebre en una o dos sesiones como máximo— sirva para acordar “medidas de reparación del daño derivado del delito”. Instituciones Penitenciarias plantea hacer una “sesión de seguimiento” final con la víctima para, antes de cerrar todo el proceso, constatar que esta ha recuperado la “tranquilidad personal”.
Reducir el riesgo de reincidencia
Instituciones Penitenciarias justifica la puesta en marcha de su nuevo programa de “justicia restaurativa” en el artículo 15 del Estatuto de la Víctima, que contempla los encuentros con los delincuentes para que los afectados puedan “obtener una adecuada reparación material y moral de los perjuicios derivados del delito”. El documento recalca que el programa no solo aspira a conseguir beneficios para la víctima, sino también para el delincuente y la sociedad. Para la primera, pretende que las reuniones sirvan, entre otros objetivos, para “cerrar el proceso interior, de temores y dificultades, abierto por el delito”. En el caso del condenado, que pueda “reestablecer su percepción como miembro de la sociedad”. Y para esta última, “favorecer la reinserción” de los penados y reducir el riesgo de reincidencia de los mismos “puesto que una persona que se responsabiliza de sus delitos, frecuentemente deja de cometerlos”, según recoge la documentación que se entregará a las víctimas.
Autores de delitos de género y agresores sexuales, excluidos
Este plan de acción con presos comunes excluye a autores de delitos de género y a agresores sexuales. Según fuentes penitenciarias en ningún momento se ha planteado incluir autores de delitos de género y a agresores sexuales.
El protocolo, en el que se sigue trabajando, deja claro también que los condenados que participen en estos encuentros no va a reducir su pena ni tampoco va a ofrecer beneficios penitenciarios.