Raquel Orellana: «Merced para Crecer ha transformado las vidas de los niños, las de los voluntarios y la mía»
Raquel Orellana es licenciada en Psicología de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas” con postgrado en educación, actualmente es Coordinadora Administrativo-Operacional del Centro de Desarrollo Humano “Merced para Crecer”, organización liderada por Fray Gustavo Sánchez O. de M enfocada principalmente a la prevención de la violencia en la niñez y la juventud, por medio de programas educativos. Raquel ha trabajado desde el año 2007 en el área de educación con niñez y juventud. Ha sumado a su experiencia dentro de “Merced para Crecer”, la creación y ejecución de programas orientados a la prevención de violencia y formación en valores. Recientemente también ha dedicado esfuerzos a la labor con mujeres de la tercera edad, contribuyendo a su empoderamiento y autocuidado. Cuenta con capacitación y experiencia en el área de Emprendimiento Social. Participó en el Taller de Emprendedores Sociales 2015, impartido por INCAE-VIVA en Costa Rica, así como en los Talleres de Emprendedores Sociales Juveniles 2015 y Negocios Sociales 2016, ambos impartidos por Ashoka Avancemos.
- Para la gente que no lo conoce, ¿qué es el Centro de Desarrollo Humano “Merced para Crecer”?
Merced para Crecer es un proyecto orientado principalmente, a la prevención de violencia en niñez y juventud en riesgo social, por medio de programas educativos y brindándoles oportunidades. Desde el 14 de junio de 2013, gracias al apoyo financiero de la Organización internacional The Oprhaned Starfish Foundation, nace el Centro de Desarrollo Humano “Merced para Crecer”, como uno de nuestros proyectos sociales de cara a la celebración del jubileo, de los 800 años de la Orden de La Merced. Construyendo Paz con oportunidades que, junto al carisma y valores mercedarios, lleven al desarrollo integral a niños, jóvenes y adultos mayores en la dimensión personal, familiar y social.
- ¿Por qué los mercedarios deciden crear este proyecto?
A través de los años en el trabajo de la Pastoral penitenciaria se percibió un incremento en los índices de violencia y criminalidad, dando como resultado un hacinamiento y deplorables condiciones de los reos.
La mayor parte de hechos delictivos son realizados por jóvenes, e incluso las pandillas o maras suelen ser dirigidos por esta misma población; son personas que se encuentran en riesgo de perder su fe, por esta razón nos motivamos a crear este proyecto que busca liberar de las actuales esclavitudes, como la violencia y la exclusión social. Creando así un proyecto de prevención que proyecta valores, y promueve el desarrollo integral de la persona; les permite ser “libres para liberar”.
- ¿A qué perfil va dirigido? ¿A gente de todas las edades?
Merced para Crecer atiende principalmente a niñez, juventud y adultos mayores, en situación de riesgo social. Considerando dentro de este criterio contextos de pobreza, desintegración familiar, riesgo de inserción en pandillas, drogas y/o alcohol, entre otros. Enfocamos nuestros esfuerzos en las comunidades con mayor necesidad, aledañas a la comunidad Parroquial. Sin embargo, vale mencionar que es un proyecto inclusivo, que acoge a toda persona que desee formar parte de la familia mercedaria.
En los programas de niñez y juventud atendemos desde los tres años de edad hasta los diecisiete años. Generalmente, los jóvenes de 18 años en adelante deciden involucrarse como voluntarios. En el programa para los adultos mayores, las edades de las participantes van desde los 50 años.
- ¿Qué tipo de programas ofrecéis a los estudiantes?
Ofrecemos Club de Robótica Educativa, Talleres de Desarrollo Integral con la Comunidad “Las Colinas”, en Antiguo Cuscatlán, Cursos de verano, Grupo Scout “La Merced” No. 8, programas para el Adulto Mayor, en el cual se provee formación espiritual, motivación y entretenimiento para mujeres mayores y también clases de computación. Se han impartido cursos eventuales de cocina, manejo del Estudio de Grabación, cursos prácticos de repostería, panadería y corte y confección, taller de decoración navideña, taller de jardinería básica, taller de decoración con globos, harlas financieras y cursos de idiomas (italiano, francés, alemán, portugués, mandarín).
- ¿Es posible aprender y al mismo tiempo divertirse?
Claro que es posible; en Merced para Crecer nuestra metodología de enseñanza-aprendizaje tiene un enfoque interactivo y constructivista, que se ve reforzado por el rol de “mentores” que desempeña cada voluntario, lo cual genera un aprendizaje significativo. El juego también es un ingrediente esencial en el proceso.
Consideramos que unos de los principales factores que promueven el desarrollo de habilidades es contar con un contexto facilitador (oportunidades y espacios idóneos brindados por Merced para Crecer) y un acompañamiento adecuado (apoyo del voluntario basado en la comprensión y fraternidad).
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- ¿Todas las actividades que realizáis se hacen a través de voluntariado?
En Merced para Crecer la ejecución de las actividades son realizadas con el apoyo de un aproximado de 75 voluntarios, entre jóvenes y adultos. Sin embargo este es un proyecto liderado por Fray Gustavo Sánchez O. de M., cuatro empleados encargos del área administrativa y contable. En todas las actividades que se llevan a cabo, promovemos el carisma mercedario, el cual lleva impregnado el amor y la misericordia, con nuestro cuarto voto de dar la vida por los demás.
- ¿Cómo se financian los cursos, clases o talleres que ofrecéis?
Mantener este proyecto en su totalidad requiere de un gran esfuerzo en conjunto, tanto por partes de la Comunidad Religiosa Mercedaria, donantes, voluntarios y participantes del centro. Una parte de los salarios y gastos administrativos, son cubiertos gracias al apoyo financiero de la Organización internacional “The Orphaned Starfish Foundation”. Su ayuda se renueva anualmente y también realiza visitas cada año para darle seguimiento a todos los programas que apoyan.
Todos los gastos restantes son reunidos por medio de campañas de fondeo colectivo en línea, eventos de recaudación de fondos (fiestas, ventas, rifas entre otros), así como donaciones variables (monetarias o en especie). Quien desee contribuir con alguno o varios de los programas que se desarrollan en el Centro, no importa del país que sea, pueden hacerlo. Todo aporte cuenta.
- Durante un curso anual, ¿cuantas personas pasan por vuestro centro?
Para finales del año 2016, Merced para Crecer atendió a más de 250 personas. Hemos contamos con el apoyo de más de 100 voluntarios (jóvenes y adultos), 125 niños y jóvenes participando en los diferentes Clubes Educativo, 194 niños y jóvenes asistieron a los Cursos de Verano 2016. (Tecnología, idiomas, expresión artística y cocina), 24 niños y niñas del programa educativo Integral de la Comunidad Las Colinas de Cuscatlán, 150 niños y jóvenes pertenecientes al Grupo Scout “La Merced” No. 8, 3 beneficiados de las becas educativas “Merced para Crecer», 25 Mujeres de la Tercera edad en el Club de la Sabiduría, más de 1,800 consultas brindadas de manera gratuita en la Clínica Parroquial.
- ¿Qué valores esenciales son los que queréis inculcar a los niños?
Nuestros principales valores son: Amor, Libertad, Educación, Responsabilidad Social y Solidaridad.
- Para ti personalmente, ¿qué significa este centro y la tarea que llevas a cabo?
Para mí, Merced para Crecer ha sido una experiencia vocacional sumamente significativa. No sólo a nivel personal y profesional, al poder poner al servicio mis conocimientos y habilidades; sino porque me ha permitido darme cuenta que cada esfuerzo, por pequeño que sea, marca la diferencia y sí cuenta cuando se trata de luchar por un mundo mejor.
He sido testigo de cómo la Providencia se manifiesta en todo lo que alcanzamos, recursos que gestionamos de los corazones tocados; este proyecto se mantiene en pie, porque la Gracia de Dios así lo ha permitido y lo sigue permitiendo. Luego de tres años de iniciar este proyecto, conviviendo día a día con cada niño, joven y señora de la tercera edad, es increíble y gratificante poder identificar cómo Merced para Crecer ha transformado sus vidas, las de los voluntarios y la mía. Definitivamente creo en lo que hacemos, porque los resultados positivos, los vivo a diario.
- ¿Para gente de fuera del país, porqué se debería involucrar y ayudar a un centro como este?
Merced para Crecer busca al mejoramiento de la calidad de vida de las personas; son esfuerzos por liberar a la niñez y juventud vulnerable, de las cadenas que les atan en la actualidad. Como voluntariado, es una experiencia enriquecedora, de aprendizaje mutuo, y que deja huella; tanto al trabajar con niños y jóvenes, como en el servicio con la tercera edad.
Como donante, la satisfacción de contribuir a una obra social en constante crecimiento, que promueve el desarrollo integral, previene que niños y jóvenes opten por caminos equivocados y tomen decisiones que determinarán su futuro. Es una apuesta a la educación como estrategia de redención del cautiverio de la violencia.