Santa María de Cervellón, un Hogar que lucha contra la esclavitud del siglo XXI
En el Hogar Santa María de Cervellón se brinda atención a mujeres adultas a partir de los dieciocho años, ya sea que lleguen solas o que sus hijos hayan sido los que han sido víctimas sobrevivientes de la Trata de Personas en diferentes modalidades. En los dos casos se les brinda una atención integral.
La Trata de Personas es un monstruo que puede atrapar en sus redes a cualquier persona. Para los tratantes no importa si la personas es pobre o rica, alta o baja, blanca o negra, gorda o delgada, para ellos las personas son solamente mercancía. «Tenemos un proyecto, llamado Misión Redentora, que lucha contra la Trata de Personas. Se trata de la esclavitud del s.XXI«, afirma el padre mercedario encargado del Hogar, Dionisio Báez.
Durante estos seis años que llevamos en la casa Sta. María de Cervellón, hemos ido analizando cada caso y cada historia. Un porcentaje alto de la población atendida vienen en primer lugar con un historial de haber sufrido violencia sexual (abuso y violación) cuando eran niñas, esto las hace más vulnerables, también de familias desintegradas, casos de violencia intrafamiliar, baja escolaridad, depresión y falta de autoestima entre otros. Según el último informe sobre Trata de Personas de Guatemala, el gobierno identificó a 673 víctimas de la trata en 2018, un aumento significativo de las 287 víctimas reportadas en 2017. De las 673 víctimas identificadas, al menos 456 eran mujeres y niñas.
Volver a empezar
Algunos casos son largos, otros por el poco tiempo que pasan en nuestra casa debemos acortar el proceso, pero normalmente se les brinda un atención integral para que ellas en base a diversas terapias puedan superar el trauma sufrido. Se les brinda terapia psicológica desde el ingreso, una vez por semana se brinda terapia individual y grupal. El objetivo es sanar el trauma vivido pero también se trata de ir a su pasado, su infancia, cosas que vienen arrastrando y que las han hecho vulnerables en caer en estas redes. Durante el proceso se trabaja en conjunto un plan de vida que ellas puedan llevar a cabo en el momento de reintegrarse a la sociedad. «Desde nuestro carisma, desde nuestro compromiso con la cautividad de hoy damos una respuesta. Dios nos llama a dar libertad a los demás. Tratamos de ser voz de Merced, voz de libertad para los que no la tienen», nos explica el P.Dionioso.
Para lograr que las chicas puedan volver a empezar se les brinda una terapia ocupacional, en la cual se les enseña a las mujeres a realizar diferentes trabajos que ayuden a bajar su ansiedad y angustia, a superar su depresión y sobre todo a trabajar su autoestima. Y tienen un tiempo de terapia recreativa dónde se les brinda tiempo para realizar juegos de mesa, fútbol, carreras, etc… También se les brinda talleres sobre sus derechos.
Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) más de 20 millones de personas se ven obligadas a realizar trabajos forzados (incluyendo la explotación sexual) a nivel global, de las cuales 1,8 millones en América Latina y el Caribe. «Es un problema que cada día avanza y que debemos estar informados, conocer y prevenir sobre este flagelo. Pero sobre todo el poder ayudar a las personas que están pasando por esta situación ya que el sufrimiento que viven es demasiado grande», concluye el P.Dionisio.