Santiago De las Heras: «Obra Mercedaria es la institución que más voluntarios aporta a la prisión de Alicante»
El director del Centro Penitenciario de Alicante atiende a la Fundación para contar los nuevos proyectos que se pondrán en marcha en Fontcalent como la Unidad de Madres o los nuevos módulos de mujeres que se han inaugurado recientemente. También analiza el papel de nuestra institución en el centro.
¿Qué significa ser director de una cárcel como esta?
Significa trabajo, estar atento a muchas cosas. Los centros penitenciarios son instituciones totales en los que transcurren las vidas de muchas personas. Por este motivo debemos entender todas sus necesidades, con lo cual uno acaba teniendo que resolver problemas desde fontanería, a un incendio, a una cuestión relativa al apoyo psicológico a un interno, clasificaciones, permisos…es como una pequeña ciudad.
¿Cuántos internos hay en esta prisión?
Tenemos 850 personas en este momento distribuidas tanto en lo que es el centro penitenciario como en el centro de inserción social, que son los internos que están en tercer grado y en régimen de semilibertad.
La Unidad de Madres es un proyecto que en breves se inaugurará. ¿En qué consiste?
La Unidad de Madres es un edificio independiente y va a ser la cuarta unidad que se abra en España. El objetivo es que esas madres que decidan tener con ellas a sus hijos (la ley permite que los puedan tener hasta los 3 años y excepcionalmente hasta los 6 años) estén en las mejores condiciones posibles, tanto los menores como las propias madres, y sobre todo, que no tengan la sensación de estar en una prisión.
¿El objetivo es que se parezca menos a una cárcel?
Exacto, queremos evitar el riesgo de institucionalización. La unidad está diseñada como si fuera una especie de residencia en la que las barreras arquitectónicas están suficientemente disimuladas como para que el menor pueda tener la sensación de estar en un colegio mayor o en una residencia cualquiera. Esperamos que se pueda inaugurar durante el mes de marzo, una vez terminen las últimas reformas.
¿Por qué se hicieron cambios en el módulo de mujeres?
Teníamos el módulo 9, que es el departamento en el que habitualmente estaban alojadas, y hemos pasado a las internas a otros dos departamentos, el 5 y el 6, que acaban de ser reformados, están nuevos. Se han intentado asemejar lo más posible a los centros tipo, las prisiones modernas.
Este cambio nos permite hacer una separación interior entre las mujeres, ya que era un agravio que históricamente mantenían las mujeres en prisión respecto a los hombres. Ellas no podían estar separadas en función de sus características personales, de si eran primarias o reincidentes, penadas o preventivas, y sobre todo por las relaciones que entre ellas se podían establecer. Si te llevabas mal o tenías dificultades de convivencia con otra interna se veían obligadas a seguir conviviendo o a ser trasladadas a otro centro penitenciario, con los inconvenientes que eso conlleva, como el desarraigo etc…
¿Qué deberían cambiar las prisiones?
En la cárcel hay todavía muchas cosas que cambiar. También es verdad que ha habido muchos cambios. Yo ingresé en esta institución hace 31 años y las prisiones han cambiado mucho, a mejor, aunque queda mucho trabajo por hacer. El día que consideremos, los que tenemos algún puesto de responsabilidad, que ya está todo hecho, ese es el momento que nos deben sustituir y poner a otras personas porque es un mal síntoma.
Debemos mejorar los niveles de ocupación, que el tiempo que pasan en prisión sea un tiempo útil. Para ello es necesario seguir aumentando la oferta de actividades y seguir añadiendo incentivos de manera que eliminemos esa figura tradicional del interno que está paseando en el patio sin nada que hacer. Hoy en día es verdad que el interno que opta por estar en el patio es voluntario, porque si quiere, tiene actividades para realizar. Sin duda estamos fallando en los niveles de motivación, hay que darles incentivos que les hagan abandonar ese patio para participar en las actividades que les ofrecemos.
¿Qué papel tiene la Fundación Obra Mercedaria en esta prisión?
Obra Mercedaria lleva colaborando con nosotros desde hace muchísimos años. Cuando llegué aquí el año 1997 ya tenía una presencia importantísima, es la asociación que mayor número de voluntarios aporta al centro y además hoy en día lleva programas que para nosotros son fundamentales.
¿Cuáles son?
A parte de las labores de acompañamiento y demás actividades que realizan aquí dentro del centro, hay dos programas muy importantes para nosotros que son el de mediación, en el caso de resolver conflictos para los internos, y las casas de acogida, sin las cuales nos encontraríamos que las personas que carecen de recursos se verían privadas de acceder a ciertos beneficios penitenciarios como pueden ser los permisos de salida o la progresión a tercer grado de tratamiento porque no tendrían donde ir.
La fundación abrirá próximamente un piso de acogida en Elche para mujeres.
Y nos va a ser particularmente útil, sobre todo teniendo en cuenta la próxima inauguración de la Unidad de Madres, ya que vamos a necesitar recursos para atenderlas en las ocasiones que tengan que salir del centro y pernoctar en la zona.
Por las circunstancias de la provincia, hay un gran nombre de internos que no tienen ninguna vinculación con el exterior, no tienen una red de recursos en la calle que les pueda atender. No hay familias, no hay amigos que puedan hacerse cargo de ellos. Entonces se encontrarían con esa situación que impide que disfruten de los beneficios penitenciarios.