Un año acompañando y ayudando a las personas que salen de prisión en nuestro hogar de acogida Padre Varela, en Guatemala
De la mano del religioso mercedario P. Gonzalo Cano, todos los usuarios que han pasado por nuestro hogar Padre Varela han podido disfrutar de la hospitalidad y carisma mercedario durante este año
El 13 de mayo del año pasado entró el primer beneficiario en el hogar, y ya ha pasado un año; un año repleto de experiencias y aprendizaje para nuestro primer hogar de acogida en Guatemala para personas que salen de prisión y no tienen a dónde ir.
El hogar de acogida Padre Varela, bajo la tutela de nuestro hermano mercedario el P. Gonzalo Cano, proporciona un entorno de apoyo y recursos necesarios para facilitar a los usuarios su transición hacia una vida estable y libre de delincuencia.
Demuestra el compromiso de la comunidad en brindar segundas oportunidades y fomentar la reinserción social.
El hogar «Padre Varela», es llamado así en homenaje al religioso gallego José María Delgado Varela muy querido por su larga labor en las cárceles de Guatemala y recordado como «el Padre de los presos».
Las funcionalidades principales de un hogar de acogida son las siguientes:
– Alojamiento seguro: Proporcionar un lugar seguro y estable para que los usuarios vivan temporalmente mientras se adaptan a su nueva vida fuera de prisión.
– Apoyo emocional y social: Ofrecer un entorno de apoyo emocional y social, donde todos ellos puedan compartir sus experiencias, recibir orientación y participar en actividades que fomenten su bienestar psicológico.
– Asistencia en la búsqueda de empleo: Ayudarlos a encontrar oportunidades laborales adecuadas, brindándoles orientación en la elaboración de currículums, habilidades para entrevistas de trabajo y conexiones con empleadores potenciales.
A veces también, si se dispone de la logística necesaria, se potencian sus capacitaciones y desarrollo de habilidades, proporcionándoles programas para ello, como formación profesional, educación continua o programas de rehabilitación, para aumentar las posibilidades de empleabilidad. Y posteriormente, poderles brindar un apoyo continuo durante su proceso de reintegración.
Todas estas funcionalidades combinadas buscan proporcionar un entorno de apoyo integral que ayude a los exreclusos a reconstruir sus vidas, superar los desafíos y evitar la reincidencia delictiva.
Actualmente hay tres personas residentes.
Durante las mañanas, algunos de ellos van a trabajar y vuelven más tarde; y otros están pendientes de arreglar sus papeles u otras necesidades para conseguir un trabajo.
A parte del alojamiento, la comida y las medicinas, la comunidad mercedaria les ofrece ayuda y apoyo en todo lo que necesitan para poder salir adelante.
En este año, algunos usuarios ya han podido volver con sus familias para rehacer la relación y sus vidas.
Esperamos seguir brindado apoyo y segundas oportunidades muchos años más.